viernes, 1 de enero de 2016

PRIMERA MEDITACION (PRIMERO DE ENERO)

MEDITACIONES
Para todos los días del año.
Sobre los principales deberes del cristianismo 




PRIMERA MEDITACION
(PRIMERO DE ENERO)

Sobre el empleo del tiempo


Punto 1°. – No hay cosa más preciosa que el tiempo. Se nos ha dado para servir a Dios, para glorificarle y para merecer el Cielo: no es pues, un bien que nos pertenezca en propiedad y del cual podamos disponer como nos plazca; sino que es un Talento que se nos ha confiado para negociar con él y del cual nos será preciso un día dar cuenta al Soberano Juez. Es tanto más precioso cuanto que su duración es tan rápida como incierta, pues pasa como un relámpago y se desvanece como un sueño. Ya el pasado no existe, el presente se nos escapa y el porvenir es incierto. Todos los momentos de nuestra vida están contados, y no hay ninguno que no aumente el tesoro de nuestros méritos o el número de nuestros pecados. El verdadero fiel es avaro de su tiempo, teme perderle, y lo divide todo entre los deberes de la Religión y los deberes de su estado: esto es lo que la Escritura llama días llenos, días de Salvación: Dies pleni, dies salutis


Punto 2°.- No hay cosa más mal empleada que el tiempo. ¿Qué uso se hace de él en el mundo? ¿En qué se pasa la vida la mayor parte de los hombres? En visitas inútiles, conversaciones frívolas, peligrosas o criminales: un juego sin fin, eternas diversiones absorben la mayor parte del tiempo; la disipación, la ociosidad, la inutilidad y la pereza lo ocupan todo. Las ocupaciones serias y útiles son siempre las más cortas y las más descuidadas; y se procura abreviar el tiempo que se tiene que emplear en ellas

AFECTOS Y SUPLICAS

No permitáis, Señor, que yo abuse por más tiempo para mi perdición de esos momentos preciosos que no deben ser empleados sino para mi salvación

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