lunes, 11 de enero de 2016

MEDITACIÓN XI (11 DE ENERO)

MEDITACIÓN XI
(11 DE ENERO) 
Sobre la obligación de llevar su cruz.


Punto 1°.- Todo cristiano está obligado a llevar su cruz. Si alguno quiere venir en pos de mí, decía el Salvador hablando a todos, lleve su cruz. Tollat crucem suam. ¿Y cuál es esa cruz que estamos obligados a llevar? Hay de muchos modos porque en la Escritura el término de cruz equivale al de pena y sufrimiento. Debemos pues llevar 1° las cruces de nuestro estado, pues no hay ninguno que este exento de ellas, 2° las cruces que Dios nos envía, como las enfermedades, las aflicciones, las perdidas sensibles y dolorosas, 3° las cruces que nos vienen por parte de los hombres, sus contradicciones, su malicia, sus intrigas, su perfidia; 4° finalmente, las cruces que nos impongamos nosotros mismos por la mortificación de nuestros sentidos.
Todas estas cruces cuando las llevamos con sumisión nos unen a nuestro Dios crucificado que es el único que puede hacerlas por su gracia, de un precio y de un mérito infinito.

Punto 2°.- Está obligado a llevar su cruz todos los días. Tollat crcem suam quotidie: porque no hay día en que no deba dominarse, sujetarse y mortificarse para observar la Ley de Dios; no hay día en que no esté obligado a hacer mil sacrificios penosos a la naturaleza y al amor propio que le hacen semejante a Jesús crucificado. ¿Qué pensaréis vos, oh Dios mío, de esos días de placeres y de diversiones en que el hombre no se ocupa sino de satisfacer sus pasiones o sus caprichos? ¿Qué será de una vida abandonada a la ociosidad o a los goces profanos del siglo? ¿Puede esperarse con una vida semejante, cumplir con la obligación de llevar su cruz? ¿Y podrá ella darnos el menor rasgo de semejanza con Jesucristo?

AFECTOS Y SUPLICAS


Venid a mi socorro ¡oh Dios mío! para poder vencer la sensualidad con la mortificación, la avaricia con la limosna, la ira con la dulzura, y la tibieza con la devoción.  

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