Por Mons deSegur
VIII. SI ES UNA
QUIMERA LA CONSPIRACIÓN ANTICRISTIANA DE LA REVOLUCIÓN
La Revolución,
preparada por el paganismo del Renacimiento, por el protestantismo y el volterianismo,
nació (oficialmente) en Francia, como hemos dicho, a últimos del siglo pasado*. Las sociedades secretas; ya
poderosas entonces, presidieron a su nacimiento. Mirabeau, y casi todos los
hombres de 89, Danton y Robespierrre; y con ellos los demás malvados de 93, pertenecían
a estas sociedades. Hace cuarenta años que el centro revolucionario ha cambiado
de asiento. Ahora se ha trasladado a Italia, y desde ahí es que la Venta
Suprema o Consejo Superior dirige con prudencia serpentino el gran movimiento,
la gran rebelión en la Europa entera. Sus tiros van a Europa, por ser esta hoy
quien dirige el mundo.
La
Providencia ha permitido que en estos últimos tiempos cayese en manos de la policía
romana algunos documentos auténticos de la conspiración revolucionaria. Estos
se publicaron, y daremos algunos extractos de ellos Habemus confitetem reum.
La Revolución nos
dirá, ella misma, por medio de sus jefes reconocidos: 1º Que tiene un plan de
ataque general y organizado. 2º Que para reinar, quiere corromper, y corromper
sistemáticamente. 3º Que aplica principalmente esta corrupción a la juventud y
al clero. 4º Que sus armas reconocidas son la calumnia y la mentira. 5º Que la
francmasonería es un noviciado preparatorio. 6° Que busca los mismos príncipes
para afiliárselos, al mismo tiempo que los quiere destruir. 7º En fin, que el protestantismo
le es un precioso auxiliar.
Inútil creo añadir que los documentos que voy a citar son del todo auténticos.
Los originales se encuentran en Roma, y el que quiera, puede recurrir a ellos.
El
plan general.
Este plan es universal; la Revolución
quiere minar en la Europa entera toda jerarquía religiosa y política: “Nosotros formamos una asociación de hermanos
en todos los puntos de la tierra, tenemos deseos é intereses comunes, nosotros vamos a libertar la humanidad, y queremos romper toda clase de yugo.
Para nosotros mismos, veteranos de las asociaciones secretas, es un enigma la asociación
(Carta del corresponsal de Londres)”. “EI
éxito de nuestra empresa depende del más profundo misterio, y en las Ventas
debemos encontrar el iniciado, como el cristiano de la Imitación, siempre
pronto a permanecer desconocido y a no ser contado para nada [Carta escrita
desde Roma por un jefe de la Venta Suprema al corresponsal de Alemania (Nubins
à Volpe.) Uno de estos estaba agregado al despacho del príncipe Metternich].” “Para
dar a nuestro plan toda la extensión que conviene, debemos obrar en silencio, a
la sordina, ganar terreno poco a poco, y nunca perder [El corresponsal
de Ancona a la Venta Suprema].”
No es una conspiración
ordinaria, una revolución como otras tantas, no; es la Revolución, es decir, la
desorganización fundamental, que solamente puede llevarse a cabo por grados y después
de largos y constantes esfuerzos.
“El
trabajo que vamos a emprender no es obra de un día, ni de un mes, ni de un año.
Puede durar muchos años, un siglo quizá; pero en nuestras filas, muere el
soldado y la lucha sigue [Instrucción secreta y general de la Venta
Suprema].”
La Italia por
Roma, Roma por el Papado, ahí está el punto de mira de lo conspiración
sacrílega.
"Desde que estamos organizados como
cuerpo activo, y que empieza a reinar el orden en el seno de las Ventas mas
alojadas, así como de los mas próximas al centro, un pensamiento ha preocupado
siempre a los hombres que aspiran a la regeneración universal, y este ha sido:
la libertad de Italia, de la que debe resultar un día la libertad del mundo
entero. Nuestro objeto final es el de
Voltaire y el de la Revolución francesa: el aniquilamiento completo del
catolicismo y aun de la idea cristiana, que habiendo quedado en pie sobre las
ruinas de Roma, vendría a perpetuar el catolicismo más tarde [Instrucción
secreta].” “A esta victoria solo se llega
de combate en combate. Tened, pues, siempre los ojos abiertos y fijos sobre lo
que pasa en Roma. Emplead todos los
medios para hacer impopular la gente de sotana; haced en el contra del
catolicismo lo que nosotros todos, individualmente o en cuerpo, hacemos en los
flancos de tal ejército. Agitad con motivo o sin motivo; pero agitad. Esta
palabra encierra todos los elementos de éxito: La conspiración mejor tramada
será aquella que más se remueve, y que comprometa más gente. Tened
mártires, tened Víctimas; siempre encontraremos gente que sepa dar a esto los colores
necesarios (Instrucción de la Venta Suprema),” “No conspiremos más que contra Roma. Para esto, aprovechamos todas las
circunstancias, sirvámonos de todos las eventualidades. Desconfiemos
principalmente de las exageraciones de celo. Un odio frío bien calculado, bien profundo, vale más que todos los
fuegos de artificio, que todas las declamaciones de la tribuna. En París no
quieren comprender esto; pero en Londres he visto hombres que comprenden mejor
nuestro plan y que se asocian a él con más fruto (Carta de un jefe a los
agentes superiores de la Venta piamontesa). ”
He aquí ahora el
secreto revolucionario sobre los acontecimientos modernos.
“La unidad política de Italia es una quimera,
pero aun así, aun sin ser realidad, produce cierto efecto sobre las masas y
sobre le juventud ardiente. Ya sabemos a qué atenernos sobre este principio. Es
y quedará siempre vacío; sin embargo, es un medio de agitación. No debemos,
pues, privarnos de él. Agitad poco a poco, tened al comercio paralizado; sobre
todo, nunca os manifestéis. No hay medio más eficaz para sembrar la sospecha
contra el gobierno pontificio (Carta del corresponsal de Ancona).” “En Roma los progresos de la causa son
sensibles; hay indicios que no pueden engañar a ojos ejercitados, y se siente
de lejos, de muy lejos, el movimiento que comienza. Por fortuna, no tenemos la
petulancia de los franceses. Queremos que madure el fruto antes de explotarlo,
y este es el único medio de obrar con acierto y seguridad. Vosotros me habéis
hablado algunas veces sobre venir a ayudarnos cuando la caja común quedase
exhausta. Sabéis por experiencia que el dinero es en todas partes, y
principalmente aquí, el nervio de la guerra. Poned a nuestra disposición muchos,
muchos thalers (monedas). Es la mejor artillería para batir en brecha el
asiento de Pedro (Nubius al corresponsal de Alemania).” “En Londres se me han hecho ofertas de
consideración. Dentro de poco tendremos en Malta una imprenta a nuestra disposición.
Podremos, pues, con impunidad, de un
modo seguro y bajo la protección del pabellón inglés, esparcir de una parte a
otra de Italia los folletos, libros, etc., que la Venta Suprema juzgará
conveniente poner en circulación. Nuestras imprentas de Suiza están en buen
camino, y producen libros tales como deseamos (Carta a la Venta Piamontesa)."
Al
cabo de veinticinco o treinta años, la conspiración reconoce sus progresos.
Cuenta con Francia para obrar, reservando siempre a Italia la dirección
suprema. Desconfía de los otros pueblos: los franceses, son demasiado
fanfarrones; los ingleses, demasiado tristes; los alemanes, demasiado nebulosos.
A sus ojos, solamente el italiano reúne las cualidades de rencor, cálculo,
malicia, discreción, paciencia, sangre fría y crueldad, que son necesarias para
triunfar.
“En el
espacio de algunos años, hemos adelantado considerablemente los negocios. Por
todas partes, en el Norte y el Mediodía, reina la desorganización social. Todo
se ha puesto al nivel bajo el cual queremos rebajar el género humano. Nos ha sido
muy fácil el pervertir. En Suiza
como en Austria, en Rusia como en Italia, nuestros sicarios solo aguardan una
señal; para destrozar el molde antiguo. La Suiza quiere dar esta señal, pero estos
suizos radicales no tienen fuerza suficiente para conducir las sociedades
secretas al asalto de la Europa. Preciso es que Francia ponga su sello a esta orgia
universal. Estad bien persuadidos que Paris no faltará a su misión (El
corresponsal de Viena a Nubius).”
“Por toda Europa he encontrado los espíritus
muy inclinados a la exaltación. Todo el mundo confiesa que el mundo antiguo
cruje, y que los Reyes ya acabaron. He recogido abundante cosecha; ya no dudo
de la caída de los tronos, después que he estudiado el trabajo de nuestras
sociedades en Francia, Suiza, Alemania y hasta en Rusia. El asalto que se dará a los príncipes de la tierra dentro de algunos
años, los sepultará a todos bajo las ruinas de sus ejércitos impotentes y de
sus monarquías caducas. Pero no es esta la victoria para cuyo éxito hemos
hecho tantos sacrificios. Lo que
ambicionamos no es una revolución en uno u otro punto; esto se obtiene siempre
que se quiere. Para matar con toda seguridad al mundo viejo, hemos creído preciso
ahogar el germen católico y cristiano [El corresponsal de Liorna a Nubius].”
“El
sueño de las sociedades secretas se realizará por la más sencilla de las
razones: porque está fundado sobre las pasiones del hombre. No nos desanimemos, pues, por un revés,
por una derrota; preparemos nuestras armas en el silencio de las Ventas;
levantemos nuestras baterías; alaguemos todas las pasiones las más perversas
como las más generosas, y todo nos lleva a creer que nuestro plan tendrá un éxito mucho más feliz de lo que podamos esperar
con nuestros cálculos mas exagerados (Instrucción de la Venta Suprema)."
Tal
es el plan; pasemos a los medios.
La
corrupción.
Escuchemos cosas aun más horrorosas.
“Estamos demasiado en progreso para
contentarnos con el asesinato. ¿De qué sirva un hombre asesinado? No individualicemos el crimen, con el fin
de darle proporciones de patriotismo y de odio contra la Iglesia; debemos
generalizarlo. El catolicismo no
teme a un puñal bien afilado, ni las monarquías tampoco; pero estas dos bases
del orden social pueden derrumbarse por la corrupción; así, no nos cansemos jamás
de corromper. Está decidido en
nuestros consejos que no ha de haber mas cristianos. Popularicemos el vicio en
las masas. Estas deben respirarlo por todos los cinco sentidos: que la beban,
que se harten de él. Formad corazones viciosos, y no tendréis mas católicos
(Teoría de la Venta Suprema. Vindice a Nubius)” ¡Qué elogio para la Iglesia! “Conservemos
los cuerpos, pero matemos el espíritu. Lo que importa es destruir la moral, y
para esto es preciso disecar el corazón. Creo de mí deber proponer este medio
por principio de humanidad política (El jefe de la Venta Suprema a
Vindice). "
El
jefe de la Venta Suprema añade, con motivo de la muerte públicamente
impenitente de dos de sus afiliados, ejecutados en Roma: “Su muerte de réprobos ha producido un efecto mágico en las masas. Es la
primera proclamación de las sociedades secretas, y una toma de posesión de las
almas. Morir en la plaza del pueblo, en Roma, en la ciudad madre del catolicismo,
morir francmasón e impenitente, es cosa admirable.” Otro de estos demonios
encarnados dice: “Infiltrad el veneno en los corazones escogidos; infiltradlo a dosis
pequeñas y como por casualidad, y os admirareis vosotros mismos de vuestro buen
éxito. Lo esencial es aislar al hombre de su familia, hacerle perder los usos y
costumbres que en ella hay. Por la inclinación de su carácter está bastante
dispuesto a huir de los cuidados de su casa, y correr tras placeres fáciles y
prohibidos.
“Le gustan las
largas conversaciones del café; la ociosidad de los teatros. Arrastradlo,
atraedle ahí sin que se aperciba; dadle alguna importancia, sea la que fuere;
enseñadle discretamente a fastidiarse de sus trabajos cotidianos. Con estas
mañas, después de haberlo separado de su mujer y de sus hijos, después de
haberle enseñado cuán penosos son los deberes, haréis nacer en él el deseo de
otra existencia. El hombre ha nacido rebelde.
Atizad este deseo de rebelión hasta el incendio; pero que el incendio no estalle.
Esto será una buena preparación para la grande obra que debéis principiar (Correspondencia de la Venta
Suprema)." “Para esta grande obra, nos dice el abogado lógico de la causa
revolucionaria, para esta grande obra se necesita una conciencia ancha que no se
arredre (desaliente) cuando llegue la ocasión, ni de una alianza
adúltera, ni de la fe pública violada, ni de las leyes de la humanidad pisoteadas
[Proudhon].
La
Venta Suprema resume en estas palabras esta infernal conjuración: “Lo
que hemos emprendido es la corrupción en grande escala; la corrupción del pueblo
por medio del clero y la del clero por medio de nosotros. La corrupción que nos
permitirá un día llevar la Iglesia al sepulcro. Nos dicen que para echar abajo
el catolicismo sería preciso antes suprimir la mujer. Sea así; pero no pudiendo
suprimirla, corrompámosla por la Iglesia. Corruptio optimi pessima (La Corrupción de lo mejor da lo peor). El fin es bastante hermoso para tentar a
hombres como nosotros. El mejor puñal para
herir á la Iglesia, es la corrupción. ¡Adelante, pues, hasta el final"
La corrupción de
la juventud y del clero.
Los corazones escogidos que la Revolución busca con preferencia, son los jóvenes
y los sacerdotes; aun se atreve a esperar y aspira a formar un Papa. “A la
juventud debemos dirigirnos; debemos seducirla, debemos alistarla, sin que se
aperciba, bajo nuestras banderas.
Que nadie penetre vuestros designios; no os ocupéis de la vejes ni de la edad
madura; id a la juventud y, si es
posible, a la infancia. Nunca tengáis para ella una palabra impía o licenciosa:
guardaos bien de alto, por el interés mismo de la causa. Conservad todas las
apariencias del hombre grave y moral. Una vez hecha vuestra reputación en los
colegios gimnasios, universidades y seminarios; cuando hayáis obtenido la
confianza de profesores y estudiantes, acercaos principalmente a aquellos que
se afilien en la milicia clerical. Excitad, asaltad estas naturalezas tan
llenas de ardor y de orgullo patriótico. Ofrecedles
al principio, pero siempre en secreto; libros inofensivos, y así lleváis poco á
poco vuestros discípulos al grado de madurez que queréis obtener. Cuando
este trabajo de todos los días haya esparcido nuestras ideas como la luz por
todas partes, entonces podréis apreciar la sabiduría de esta dirección. Formaos una reputación de buen católico y
de patriota puro; esta reputación facilitará la propagación de nuestras
doctrinas entre el clero joven y en el fondo de los conventos. En algunos
años, este clero joven llegará a ocupar todos los puestos por la fuerza de los
acontecimientos. El gobernará, administrará, juzgará, formará el Consejo del
soberano, y será llamado a elegir el Pontífice que habrá de reinar; y este Pontífice,
como la mayor parto de sus contemporáneos, estará necesariamente más o menos
imbuido en los principios italianos y humanitarios que vamos a poner en circulación.
Para alcanzar este fin, despleguemos al viento todos nuestras velas [Instrucción
secreta]” “Debemos hacer la educación inmoral de la Iglesia, y llegar por pequeños
medios, bien graduados, aunque bastante mal definidos, al triunfo de la idea
revolucionaria por un Papa. Este proyecto me ha parecido siempre de una
habilidad más que humana [Nubíus a Volpe]"
En
efecto, es sobrehumano, porque viene en
línea recta de Satanás. El personaje que se oculta bajo el nombre de
Nubius, describe luego este Papa revolucionario, que él se atreve a esperar: un
Papa crédulo y débil, sin penetración, hombre de bien y respetado, e imbuido de
los principios democráticos. “Un Papa de
estas condiciones, dice, necesitaríamos; y si esto es posible, marcharíamos al
asalto de la Iglesia mas seguros que con los folletos de nuestros hermanos de
Francia o el oro de Inglaterra. Para
quebrantar la roca sobre la cual ha construido Dios su Iglesia, tendríamos el
dedo pequeño del sucesor de Pedro metido en la trama, y este dedo pequeño valdría
para esta cruzada tanto como los Urbanos II y San Bernardo de la cristiandad
(Instrucción secreta)."
“¿Queréis
revolucionar la Italia?
-añaden en fin, estos emisarios del infierno: buscad el Papa cuyo retrato acabamos de dar. Marche el clero siempre bajo nuestra bandera, creyendo marchar bajo la
de las llaves apostólicas. ¿Queréis hacer desaparecer hasta el último vestigio
de tiranos y opresores? Tended vuestras redes, tendedlas en el fondo de las
sacristías, Seminarios y conventos; y si no os precipitáis, os prometemos una
pesca milagrosa; pescareis una Revolución revestida de tiara y capa, que marchará
con cruz y bandera; una Revolución que solo necesitará ser aguijoneada muy poco
para hacer arder las cuatro partes del mundo (Instrucción secreta)."
¡Cómo
sienten ellos mismos que todo se apoya en el Papa! Lo que consuela es verlos
confesar con disgusto que no han podido hincar el diente ni en el Sagrado
Colegio ni en la Compañía de Jesús. “Los
Cardenales han escapado todos de nuestras redes: de nada han servido contra
ellos las adulaciones mejor combinadas; ni un solo miembro del Sagrado Colegio
ha caído en el lazo. Con los Jesuitas se han malogrado también nuestros planes.
Desde que conspiramos, ha sido imposible poner la mano sobre un Ignaciano, y
convendría saber la causa de esta obstinación tan unánime: ¿por qué no hemos
podido nunca encontrar en ninguno de ellos las aberturas de su coraza?” Se
añade piadosamente: “No tenemos Jesuitas
con nosotros, pero siempre podemos decir y hacer decir que los hay, y producirá
el mismo efecto (El corresponsal de Liorna, Beppo á Nubius)."
La
mentira y la calumnia.
Satanás es el padre de la mentira: pater
mendacii. La primera revolución se hizo por una mentira: Eritis sicul dii. Como hijas de aquella,
todos las demás se forjan por el mismo proceder, cuanto mas graves son, mas mienten.
Y es cosa cierta que en el día las mentiras, las hipocresías, los sofismas
tejidos contra la Iglesia con un arte infernal, circulan entre nosotros en
mayor número que los átomos en el aire. ¿De dónde vienen? Escuchad la Revolución.
“Los
sacerdotes son gentes de buena fe: mostradlos como pérfidos y desconfiados. Las
masas han tenido en todo tiempo una gran propensión a creer todos los errores y
necedades. Engañadlas; les gusta ser engañadas [El corresponsal de Ancona a la Venta Suprema].” “Poco nos queda que hacer con los Cardenales
viejos y los Prelados cuyo carácter es decidido. De nuestros depósitos de
popularidad o impopularidad, debemos sacar las armas que han de hacer su poder
inútil o ridículo. Una palabra que se inventa con habilidad, y que con maña se
sabe esparcir entre ciertos familias honradas y escogidas, para que de ahí baje
a los cafés, y de los cafés a las calles; un mote de esta especie puede algunas
veces matar a un hombre. Si donde
estuvieseis os encontráis como uno de aquellos Prelados que ejerza alguna función
pública, tratad de conocer en seguida su carácter, sus antecedentes, sus
cualidades, y, sobre todo, sus defectos. Rodeado de todos los lazos que podáis
tenderle, creadle una de aquellas reputaciones que espantan a los niños y a las
viejas; pintadlo cruel y sanguinario;
referid algunos rasgos de tiranía que fácilmente queden grabados en la memoria
del pueblo. Cuando los periódicos extranjeros recojan, por medio de nosotros,
estas relaciones, que ellos embellecerán a su vez inevitablemente por respeto a
la verdad, enseñad, o mejor dicho, haced ver por medio de algún imbécil
respetable [aviso á los pregoneros de escándalos religiosos], haced ver estos periódicos en que se refieren
los nombres y los escasas tramados de estos personajes. Del mismo modo que
Francia e Inglaterra, la Italia no dejara de tener plumas bien cortadas para
las mentiras útiles a la buena causa [aviso a los periodistas] Con
un periódico en la mano, el pueblo no necesita otras pruebas. Se encuentra en la infancia del liberalismo,
y cree en los liberales [Instrucción secreta de la Venta Suprema]."
El
viejo Voltaire ha sido dejado ya atrás en este punto por la francmasonería. La traición
siempre viene de la propia casa. La francmasonería hace cuanto puede para
hacernos creer que es la sociedad filantrópica mas inocente, mas sencilla de
cuantas existen. Pues ahí tenéis la Revolución que nos revela su verdadero
carácter, aunque al hacerlo obre con poca prudencia. “Cuando habréis imbuido en algunas
almas la aversión a la familia y a la Religión (y lo uno sigue siempre de
muy cerco a lo otro), dejad caer algunas
palabras que hagan nacer el deseo de ser afiliado a la logia masónica mas
cercana. Esta vanidad del ciudadano y del menestral en afiliarse a la francmasonería,
tiene algo de tan común, y es tan universal, que me hace quedar admirado de la
estupidez humana. El verse miembro de una logia, el sentirse llamado a guardar
un secreto (que nunca se le confía)
lejos de su mujer é hijos, es una delicia
y una ambición para ciertos hombres. Las logias son un lugar de depósito, una
especie de Vivero, un centro que es preciso atravesar antes de llegar a
nosotros.
“La falsa filantropía de estas logias es
pastoral y gastronómica; pero esto mismo tiene un fin, a que es preciso
impulsar sin descanso. Es muy fácil
hacerse dueño de la voluntad, de la inteligencia y aun de la libertad de un
hombre, a quien se le enseña, vaso en mano, a ser valiente, y el manejo de las
armas. Se dispone de él, se le
revuelve, se le estudia; se adivinan sus inclinaciones y sus tendencias; cuando
llegue a la madurez que necesitamos, se le dirige hacia las sociedades secretas
de las que la francmasonería solo es la antesala, y aun bastante mal alumbrada.
Sobre las logias cantamos para engrosar nuestras filas. Ellas forman, sin
saberlo, nuestro noviciado preparatorio. Hablan
sin cesar sobre los peligros del
fanatismo, sobre la dicha, de la igualdad social, y sobre los grandes
principios de la libertad religiosa. Lanzan, entre dos orgias, tremendos
anatemas contra la intolerancia y la persecución. Es mas de la que necesitamos
para formamos adeptos. Un hombre lleno de estas bellas ideas, no está lejos de
nosotros; ya solo falta indicarle un puesto en nuestro regimiento. En esto estriba
la ley del progreso social; no os canséis en buscarlo en otra parte.
“Pero no os quitéis nunca la máscara; dad
vueltas por el rededor del rebaño católico; y, como buenos lobos, coged al paso
el primer cordero que se os presente de las condiciones que convengan. (Correspondencia
de la Venta piamontesa)."
Las
logias masónicas mismas se encargan de afirmar estas apreciaciones, y nos hacen
tocar con el dedo la perversidad de esta poderosa institución, que se dice tan
inofensiva.
“Si la masonería; decía muy recientemente
uno de sus principales venerables, si la
masonería debía encerrarse en el estrecho círculo que se le quiere trazar, ¿de
qué servirle la organización vasta y el inmenso desarrollo que se la ha
dado?... ... La hora del peligro ha llegado; es inmenso; preciso es obrar... Por
todas partes se organiza el enemigo. ...La hidra monacal (la jerarquía
católica), tantas veces aplastada, nos
amenaza de nuevo con sus hediondas cabezas. En vano nos lisonjeamos de haber
vencido la Infame con el siglo XVIII; la Infame renace mas vigorosa, mas intolerante,
mas rapaz y hambrienta que nunca. Es preciso levantar altar contra altar,
enseñanza contra enseñanza.”
En
fin, los caballeros masónicos prestan el juramento de “reconocer y mirar siempre con horror a los reyes y a los fanáticos
religiosos, como a los azotes de los desgraciados y del mundo.” Todo esto
está sacado de discursos oficiales, pronunciados en estos últimos años por los
grandes maestros venerables en reuniones numerosas, “en las que se tranquilizaron las conciencias, y se dijo muy alto lo que
se pensaba interiormente.”
¿Comprendéis
ahora por qué le Santa Sede ha condenado la francmasonería, y por qué está prohibido
el afiliarse a ella, bajo pena de excomunión?
Explotación
de los principios.
La Revolución trata de atraérselos para poder minar mas eficazmente con su
ayuda la Monarquía y la Iglesia. La mismas Venta Suprema tiene la bondad de decírselo a ellos y a nosotros: “El plebeyo
tiene cosas buenas, pero el príncipe tiene aun mas. La Venta Suprema desea que
bajo cualquier pretexto se introduzca en las logias masónicas el mayor número
de príncipes y ricos que se pueda.
Los príncipes de casas reinantes que no tienen legítimas esperanzas de ser
Reyes por la gracia de Dios, quieren serlo por la gracia de una revolución. De
estos hay muchos, tanto en Italia como en otras partes, que desean ser
admitidos a los modestos honores de mandil y paleta simbólica. Otros están
desheredados y proscritos. Adulad a esos
ambiciosos de popularidad, ganadlos para la francmasonería. La Venta
Suprema verá mas adelante el uso que puede hacer de ellos en beneficio del
progreso. Un príncipe que no espera reinar, es una gran conquista para
nosotros, y de estos hay muchos. Hacedlos francmasones, y servirán de reclamo a
los necios, a los intrigantes, a los ciudadanos y a los necesitados: Estos
pobres príncipes harán nuestro negocio, creyendo trabajar para el suyo propio.
Es un aliciente magnifico, y siempre se encuentran necios dispuestos a
comprometerse por servir una conspiración, cuyo sostén parece ser un príncipe
cualquiera (Carta a la Venta piamontesa).”
El
protestantismo.
Otro poderoso auxiliar, cuyo concurso fraternal es alabado por los jefes de la Revolución.
En efecto; ¿qué es el protestantismo sino el principio práctico de la rebeldía
contra la autoridad de la Iglesia y de Jesucristo? En nombre de un falso
principio religioso, bate en brecha en el mundo entero al único verdadero
principio religioso, al único verdadero cristianismo, a la única verdadera
Iglesia, y desarrolla el orgullo y la desobediencia, el desorden, la anarquía.
¿Qué mas necesita la Revolución, la grande rebelión universal para amar y proteger
la propaganda protestante?
“El
mejor medio de descristianizar la Europa, escribía Eugenio Sue, es el
protestantizarla.” “Las sectas protestantes, añade Edgard
Quinet, son las mil puertas abiertas para salir del cristianismo.”
Después
de haber indicado la necesidad de acabar con toda religión, se expresa Quinet
así: “Para llegar a este fin, he aquí los
dos caminos que tenéis abiertos delante de vosotros. Podéis atacar al mismo
tiempo que al catolicismo, a todas las religiones del mundo, y principalmente
las sectas cristianas: en este caso, tendréis contra vosotros al universo entero.
Al contrario, si os armáis con todo lo
que es opuesto al catolicismo, principalmente con todas las sectas cristianas
que le hacen la guerra, añadiendo a ello la fuerza impulsiva de la Revolución
francesa, pondréis al catolicismo en el peligro mas grave que haya corrido
jamás. Por esto me dirijo a todas las creencias, a todas las religiones que
han peleado contra Roma; todas ellas están en nuestras filas, quieran o no
quieran, puesto que en el fondo su existencia es tan inconcebible como la
nuestra con la dominación de Roma.
“No son únicamente Rousseau, Voltaire, Kant,
los que están con nosotros contra la opresión eterna, sino que también lo están
Lutero, Zuinglio, Calvino y toda la legión de espíritus que combaten con las
ideas de su tiempo, con sus pueblos, contra el mismo enemigo que ahora nos está
cerrando el camino. ¿Qué cosa puede haber mas lógica en el mundo que el reunir
en una sola haz, y para una misma lucha, las revoluciones que han aparecido en
el mundo hace tres siglos, para consumar la victoria sobre la Religión de la
Edad Media?
“Si el siglo XVI
arrancó la mitad de Europa a las cadenas del Papado, ¿es acaso demasiado exigir
del siglo XIX que acabe la obra medio consumada?” Destruir
el cristianismo, esta superstición caduca y perniciosa: tal es el fin
reconocido de la liga infernal en que están envueltos los protestantes, quieran o no quieran, y por
la sola razón de que son protestantes. Destruir
el cristianismo por medio del protestantismo: he aquí la táctica que adopta la Revolución
con la plena esperanza de buen éxito.
¿Qué
decís de esto, lectores míos? ¿Es la Revolución
una cosa grande y noble? ¿Merece nuestras simpatías? ¿Puede conciliarse su obra
con la fe del cristiano? ¿Es acaso calumniarla, si la anatematizamos como
detestable y satánica?
Tertuliano
dijo en otro tiempo del cristianismo: “Lo
único que teme es no ser conocido.” La Revolución dice lo contrario: “Lo que mas teme es la luz”. Esta le
arrebata, no diré todo lo que hay de religioso sino aun lo que hay de honrado
entre los hombres.
* Recordamos que esta obra fue escrita en 1864