jueves, 21 de enero de 2016

MEDITACIÓN XXII (22 DE ENERO)

MEDITACIÓN XXII
(22 DE ENERO)  

Sobre la necesidad de progresar en la virtud.  


Punto 1°.- Debemos siempre hacer nuevos progresos en la virtud, 1° Para cumplir la obligación que tenemos de aspirar sin cesar a la perfección propia y de nuestro estado. Esta perfección no es obra de un día, pues la justicia y la santidad son una carrera en la que hay siempre muchos pasos que dar. Si no avanzáis, si suspendéis vuestra marcha, os hacéis culpables de negligencia, y perdéis de vista el objeto del cual estar ocupado continuamente.

Punto 2°.- 2°. Para resistir a la inclinación de la naturaleza que nos aleja de la perfección. Esta inclinación desordenada es un enemigo que llevamos en nosotros mismos y que sólo procura extraviarnos; siempre está pronto a atraernos por fuerza o por sorpresa, y si cesáis un momento de combatirlo está seguro de conseguir la victoria. Aplicaos pues sin cesar a dominar el orgullo, la vanidad, la pereza, el amor a los placeres, que disputan a la virtud el imperio de vuestro corazón; cada esfuerzo que hagáis para vencerlos es un paso que os aproximará a la perfección, así aumentaréis el tesoro de vuestros méritos. El verdadero fiel, dice el Salvador, es semejante a un hábil negociante, que no quiere perder nada y que saca provecho de todo ¿Y os será permitido tener menos ardor y avidez por los bienes del cielo, que el que tienen los mundanos por los de la tierra?

AFECTOS Y SUPLICAS  

Llevadme por el camino de la virtud y de la santidad; iluminadme con vuestra luz para que pueda ver y descubrir las imperfecciones que opacan vuestra luz en mi corazón


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