sábado, 2 de enero de 2016

MEDITACION II (2 DE ENERO)

MEDITACION II
(2 DE ENERO)
Sobre el Amor de Dios 



Punto 1°.- Amar a Dios es nuestro principal deber. Puesto que Dios merece nuestro amor y que lo exige; lo merece por sí mismo y por sus beneficios. 1°. Por sí mismo, porque es el más perfecto y por consiguiente el más amable de todos los seres; es el autor y el principio de todo lo que agrada, de todo lo que conmueve y arrebata nuestro corazón; el encanto mismo y la dulzura del sentimiento son un encanto de su poder. 2°. Por sus beneficios, porque ¿Qué tenemos que no lo hayamos recibido de Dios? ¿No es Él quién nos ha creado y quién nos conserva? Todo lo que vemos y todo lo que somos, ¿no es un don de su magnificencia y de su bondad? No tenemos más que dirigir la vista sobre nosotros y sobre todo lo que nos rodea para encontrar un motivo de amarle: mas no solamente merece nuestro amor sino que lo exige. Amarás al señor tu Dios. He aquí el primero y el más grande de los mandamientos, el que encierra la ley y los profetas.

Punto 2°.- El cumplimiento de éste deber es de una grande extensión. Consiste en dar habitual y perpetuamente a Dios una preferencia entera y absoluta sobre todos los demás objetos; en preferirle a nosotros mismos, a todo lo que nos es querido y a todas las creaturas. Basta amar a su prójimo como a sí mismo; sólo a Dios se debe amar más que así mismo. Meditad bien estas palabras de Jesucristo: El que ama a su padre y a su madre más que a mí no es digno de mí: es un infeliz que no me da la medida de amor que yo exijo y que tengo derecho a exigir de todas las almas que he creado para mi gloria; sino que pone límites y restricciones a una preferencia que no debe tener. 

AFECTOS Y SUPLICAS

Yo os adoro como a mi primer principio, os deseo como a mi último fin, os doy gracias, como a mi perpetuo bienhechor, y os invoco como a mi soberano defensor.


No hay comentarios:

Publicar un comentario