martes, 12 de enero de 2016

MEDITACIÓN XIII (13 DE ENERO)

MEDITACIÓN XIII
(13 DE ENERO)  
Sobre los sentimientos que debe tener un cristiano al llevar su cruz.



Punto 1°.- Un cristiano que considera los sufrimientos con relación a Dios, debe sufrir con resignación. Dios es el soberano dueño, y nada sucede en este mundo que no haya permitido u ordenado en los consejos de su sabiduría: y así debemos someternos humildemente a su Santa voluntad, pues ella se ejecutará a pesar nuestro y nos arrastrará si rehusamos seguirle: Non est concillium contra Dominum; dice el Sabio. No hay fuerza, ni prudencia, ni consejo que pueda prevalecer contra el Señor: nuestras miras son demasiado cortas y nuestras medidas demasiado estrechas para detener la corriente de sus designios eternos. ¿Qué nos resta pues sino bajar la cabeza y doblar las rodillas bajo su mano Omnipotente?, repitiendo estas palabras memorables del más desgraciado y el más paciente de todos los hombres: El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó, como lo quiso así, lo hizo: bendito sea su santo nombre.   

Punto2°.- Un cristiano que considera los sufrimientos con relación a sí mismo debe padecer con alegría: 1° porque sus sufrimientos le hacen semejante a Jesucristo y esta semejanza es la señal de la salvación y la marca del predestinado, 2°, porque aumentan el tesoro de sus méritos, y que un momento de una ligera tribulación obra en nosotros un peso inmenso de gloria. Esto es lo que hacía decir al Apóstol San Pablo: Yo me gozo en mis aflicciones, y estoy rebosando de alegría en medio de las tribulaciones que me abruman; y a San Andrés a la vista del instrumento de sus dolores: ¡o bona crux! ¡oh feliz y preciosa cruz! Y a santa Teresa: Padecer o morir. Y a otra alma; No me hagáis morir, Señor, a fin de que tenga más tiempo de padecer.

AFECTOS Y SUPLICAS


Que yo me aplique sin cesar a dominar la naturaleza, a secundar la gracia, a guardar la fe y a merecer la salvación

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