viernes, 15 de enero de 2016

MEDITACIÓN XVI (16 DE ENERO)

MEDITACIÓN XVI
(16 DE ENERO)
Sobre la ambición.



Punto 1°.- La ambición hace de los hombres artificiosos e hipócritas: quieren elevarse a cualquier precio que sea, y se toman el exterior de todas las virtudes que no tienen para llegar a los honores y a las dignidades que desean. Todo es falso en los discursos y en los pasos de un ambicioso: afecta un gran desinterés, aunque esté poseído del espíritu de interés, una modestia que llega hasta la humildad, aunque esté lleno del espíritu de orgullo; un respeto sincero por la religión, aunque este siempre pronto a abandonarla por hacer su fortuna; siendo un falso amigo, un falso cristiano y un falso devoto, no tiene celo ni adhesión más que por su propia grandeza. Esta pasión baja e interesada corrompe y destruye toda verdad en el corazón, y no deja subsistir en él la menor huella ni la más pequeña chispa de la verdadera virtud.  

Punto 2°.- La ambición hace a  los hombres crueles e inhumanos. Todo lo sacrifica y nada perdona por satisfacerse. ¡Cuántos ríos de sangre! ¡Qué torrentes de lágrimas no ha hecho correr en el universo la ambición ávida e insaciable de los conquistadores! ¡Cuántas animosidades! ¡Qué venganzas tan crueles! ¡Cuántas intrigas y perfidias no produce todos los días entre los concurrentes que trabajan mutuamente en suplantarse! ¡A qué excesos de injusticia y de crueldad no se dejan llevar! ¡Oh Dios mío! ¿Qué es el hombre cuando os abandona para admitir y para establecer en su corazón un ídolo a quien adora con preferencia a Vos? 

AFECTOS Y SUPLICAS  

Señor, inspiradme el cuidado de tener siempre una conciencia recta, un exterior modesto una conversación edificante y una conducta regular.   


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