MEDITACIÓN
VII
(7 DE ENERO)
Sobre el amor al prójimo.
Punto 1°.- Este amor consiste, 1° en no hacer a otro lo
que no quisiéramos que se nos hiciese a nosotros mismos. Amaras a tu prójimo
como a ti mismo. He aquí el principio de donde dimanan todos nuestros
deberes para con el prójimo: debemos amarle como a nosotros mismos. Nuestro amor propio, este guía tan
engañador y tan pernicioso para nosotros, es pues el más excelente maestro que
podemos consultar sobre el amor del prójimo; escuchadle y él os dirá que se
siente herido cuando se le contraría, cuando se le mortifica y se le humilla
con reproches amargos, burlas picantes, ademanes de desprecio, palabras bruscas
y desagradables, con murmuraciones atroces o negras calumnias. Evitad pues a
vuestro prójimo unos disgustos que os son tan sensibles y que os cuesta tanto
trabajo sufrir: considerad su amor propio como el vuestro quiere ser
considerado y estaréis en la regla.
Punto2°.- Consiste en segundo lugar, en hacer con
nuestro prójimo todo lo quisiéramos que hiciesen por nosotros mismos. Estamos pues obligados a socorrerle cuando
es débil, a aliviarle cuando es miserable. ¿Podría un cristiano ser menos
caritativo que ese emperador romano que decía a sus cortesanos cuando había
pasado un solo día sin hacer algún bien:
Amigos míos, he aquí un día que he
perdido: pues no contaba en el número de los días de su vida aquellos que
no estaban señalados por sus beneficios?
AFECTOS Y
SUPLICAS
Que yo
procure, ¡oh Señor! Ser sumiso para con mis superiores, caritativo con mis
inferiores, fiel con mis amigos he indulgente con mis enemigos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario