domingo, 17 de julio de 2016

MEDITACIÓN CC (18 DE JULIO)



MEDITACIÓN CC
(18 DE JULIO)

Sobre los abusos de la avaricia y de la liberalidad.




Punto 1°.- Lo que hace el crimen y la desgracia de la mayor parte de los ricos, dice un santo Padre, es que abusan continuamente de la avaricia y de la liberalidad: Ex avaritia et liberalitade perversa. Juzgad de ello por el uso que hacen de sus riquezas, y veréis. 1°. Que llevan la liberalidad hasta el exceso. Cuando debían ser avaros: veréis que todo lo dan al placer, y nada a la caridad y al deber; que no cuidan de nada; no economizan ni perdonan nada, cuando se trata de brillar a los ojos del mundo, y deslumbrarlo por el pomposo espectáculo de su opulencia; de arrojar a manos llenas el oro y la plata sobre las mesas de juego; de contentar a los aduladores que no inciensan sus faltas; sino para participar de su fortuna. Pues bien, en esto es en lo que conviene a un cristiano ser avaro.

Punto 2°.- Llevan la avaricia al exceso cuando debían ser liberales. Cuando se les solicita en favor de los pobres, sus manos se cierran; les pesa dar unas pequeñas monedas que se les arranca con trabajo, y aún muchas veces no es posible arrancárselas. Pues en esto, justamente, es en lo que convendría a un cristiano el ser liberal.   



Oración Universal

Para servir de preparación a la lectura de esta obra (rezar diario al término de cada meditación).

Dios mío, yo creo en vos, fortificad mi fe; espero en vos, asegurad mi esperanza; os amo, redoblad mi amor; me arrepiento de haber pecado, aumentad mi arrepentimiento. 

Yo os adoro como a mi primer principio, os deseo como a mi último fin, os doy gracias, como a mi perpetuo bienhechor, y os invoco como a mi soberano defensor. 

Dios mío, dignaos arreglarme por vuestra sabiduría, sostenerme por vuestra justicia, consolarme por vuestra misericordia y protegerme por vuestro poder

Yo os consagro mis pensamientos, mis palabras y mis acciones, a fin de que de ahora en adelante no piense sino en Vos, no hable sino de Vos y no sufra sino por Vos. 

Señor yo quiero lo que vos queréis, porque vos lo queréis, como vos lo queréis y por el tiempo que vos lo queréis. 

Yo os suplico que ilustréis mi entendimiento, inflaméis mi voluntad, purifiquéis mi cuerpo y santifiquéis mi alma. 

Dios mío, ayudadme a expiar mis pecados pasados, a vencer las tentaciones venideras, a corregir las pasiones que me dominan y a practicar las virtudes que me convienen. 

Llenad mi corazón de ternura por vuestras bondades, de aversión por mis culpas, de celo para con mi prójimo y de desprecio por el mundo. 

Que yo procure, ¡Oh Señor! Ser sumiso para con mis superiores, caritativo con mis inferiores, fiel con mis amigos e indulgente con mis enemigos. 

Venid a mi socorro ¡oh Dios mío! para poder vencer la sensualidad con la mortificación, la avaricia con la limosna, la ira con la dulzura, y la tibieza con la devoción.  

Dios mío, hacedme prudente en las empresas, animoso en los peligros, paciente en las adversidades y humilde en la prosperidad. 

No permitáis que olvide nunca el juntar la atención en mis oraciones, la templanza en mis comidas, la exactitud en mis empleos y la constancia en mis resoluciones. 

Señor, inspiradme el cuidado de tener siempre una conciencia recta, un exterior modesto una conversación edificante y una conducta regular. 

Que yo me aplique sin cesar a dominar la naturaleza, a secundar la gracia, a guardar la fe y a merecer la salvación

Dios mío, descubridme cuanta es la pequeñez de la tierra, la grandeza del cielo, la brevedad del tiempo y lo largo de la eternidad

Haced que me prepare para la muerte, que tema vuestro juicio, que evite el infierno y que obtenga en fin la bienaventuranza por Jesucristo Nuestro Señor.

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