domingo, 6 de noviembre de 2016

MEDITACIÓN CCCXII (7 de NOVIEMBRE)



MEDITACIÓN CCCXII
(7 de NOVIEMBRE) 

Sobre los deberes de la vida cristiana.




Punto 1°.- ¿Queréis saber si lleváis una vida cristiana y conforme a los principios y a las máximas de la religión? Examinad primero la idea general que San Pablo nos da de una vida semejante, cuando nos dice que un verdadero cristiano tiene; 1°. Grande horror al mal, y se adhiere fuertemente al bien: Odientes malum, adhaerentes bono (Rom 12;9); 2°. Que siempre está lleno de una santa solicitud para no faltar a sus deberes: Solicitudine non pigri (Rom 12;11); 3°. Que es fervoroso y activo en la práctica de las virtudes: Spiritu ferventes (Rom 12;11); 4°. Está ocupado sin cesar en el servicio de Dios: Domino servientes (Rom 12;11); 5°. Está despegado de los bienes de este mundo y únicamente ocupado en los bienes eternos que son el objeto de su esperanza: Spe gaudentes (Rom 12;12); 6°. Es paciente en la adversidad: Tribulatione patientes (Rom 12;12); 7°. Está entregado a la oración: Orationi instantes (Rom 12;12); 8°. Es caritativo para con los pobres: Hospitalitatem sectantes (Rom 12;13); 9°. Hace el bien, no sólo delante de Dios, sino también delante de los hombres para edificarlos: Providentes bona, non tantum coram Deo, etiam coram hominibus (Rom 12;17).     

Punto 2°.- Aplicaos esta idea general al detalle de vuestra conducta, y ved si sois fiel y atento a seguir estos principios; 1°. En el gobierno de vuestra casa; 2°. En el uso de vuestros bienes; 3°. En la medida de vuestros entretenimientos; 4°. En el orden y la práctica de vuestros ejercicios de piedad.   

 Oración Universal


Para servir de preparación a la lectura de esta obra (rezar diario al término de cada meditación).

Dios mío, yo creo en vos, fortificad mi fe; espero en vos, asegurad mi esperanza; os amo, redoblad mi amor; me arrepiento de haber pecado, aumentad mi arrepentimiento. 

Yo os adoro como a mi primer principio, os deseo como a mi último fin, os doy gracias, como a mi perpetuo bienhechor, y os invoco como a mi soberano defensor. 

Dios mío, dignaos arreglarme por vuestra sabiduría, sostenerme por vuestra justicia, consolarme por vuestra misericordia y protegerme por vuestro poder

Yo os consagro mis pensamientos, mis palabras y mis acciones, a fin de que de ahora en adelante no piense sino en Vos, no hable sino de Vos y no sufra sino por Vos. 

Señor yo quiero lo que vos queréis, porque vos lo queréis, como vos lo queréis y por el tiempo que vos lo queréis. 

Yo os suplico que ilustréis mi entendimiento, inflaméis mi voluntad, purifiquéis mi cuerpo y santifiquéis mi alma. 

Dios mío, ayudadme a expiar mis pecados pasados, a vencer las tentaciones venideras, a corregir las pasiones que me dominan y a practicar las virtudes que me convienen. 

Llenad mi corazón de ternura por vuestras bondades, de aversión por mis culpas, de celo para con mi prójimo y de desprecio por el mundo. 

Que yo procure, ¡Oh Señor! Ser sumiso para con mis superiores, caritativo con mis inferiores, fiel con mis amigos e indulgente con mis enemigos. 

Venid a mi socorro ¡oh Dios mío! para poder vencer la sensualidad con la mortificación, la avaricia con la limosna, la ira con la dulzura, y la tibieza con la devoción.  

Dios mío, hacedme prudente en las empresas, animoso en los peligros, paciente en las adversidades y humilde en la prosperidad. 

No permitáis que olvide nunca el juntar la atención en mis oraciones, la templanza en mis comidas, la exactitud en mis empleos y la constancia en mis resoluciones. 

Señor, inspiradme el cuidado de tener siempre una conciencia recta, un exterior modesto una conversación edificante y una conducta regular. 

Que yo me aplique sin cesar a dominar la naturaleza, a secundar la gracia, a guardar la fe y a merecer la salvación

Dios mío, descubridme cuanta es la pequeñez de la tierra, la grandeza del cielo, la brevedad del tiempo y lo largo de la eternidad


Haced que me prepare para la muerte, que tema vuestro juicio, que evite el infierno y que obtenga en fin la bienaventuranza por Jesucristo Nuestro Señor.

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